sábado, 19 de junio de 2010


Ojalá nunca hubiese soltado esa lágrima, ojalá no la hubieras visto. Me siento tan culpable, no quise ser la causante de ello, pero pasó. Tu precioso rostro se convirtió en el vivo reflejo de la impotencia y la sed de venganza. Sé que extinguirías cualquier raza con tal de verme feliz, y eso me asusta. Me asusta saber que por una simple lagrima derramada pueda caer todo por lo que, sin éxito, he luchado. Aun asi, gracias y mil gracias por hacerlo por mí.

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