domingo, 27 de junio de 2010


Y ahora estoy aqui, viendo como tu te empachas de una felicidad inexistente, mientras yo revivo cada momento que pasamos juntas, que reimos, que lloramos, bebimos y cantamos por nosotras, nuestros sueños y esa, ahora me doy cuenta, supuesta amistad que nos unía. No entenderé nunca el porqué de aquello, pero, desde el momento en que derramé la primera lágrima, fui desperdigando por el camino poco a poco mis esperanzas; esas esperanzas que todos tenemos de que todo saliese bien, esa esperanza que me define. Debería haberte hecho caso, a tí y a los que me querían, y haber desistido, pero siempre fui demasiado débil, o fuerte (según lo mires..) y no pude deshacerme de tí. Para mi, tú eras parte de .

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